viernes, 13 de abril de 2018

Acondroplasia

Introducción
A pesar de que todos algunas vez en la vida hemos visto una persona de muy bajo tamaño (enano), el termino acondroplasia es muy poco conocido del punto de vista social. El término Acondroplasia lo propuso Parrot en 1878, por el escaso crecimiento cartilaginoso u óseo que se produce en esta displasia.
La aconcroplasia es la forma más común de enanismo con extremidades cortas desproporcionadas. La herencia es autosómica dominante: el defecto genético se encuentra sobre cromosoma 4.  Son hijos de padres de estatura normal. Este elevado porcentaje indica que la mayor parte de los casos se deben a nuevas mutaciones; estos (no heredados de un padre afectado) se conocen como esporádicos.
Los hallazgos de estudios moleculares han demostrados que los casos esporádicos de acondroplasia casi siempre se deben a mutaciones heredadas del padre (mutaciones paternas). Además, la presencia de acondroplasia es más alta entre padres añosos; de hecho, alrededor del 50% de los niños con acondroplasia son hijos de varones mayores de 35 años. No hay asociación con la edad materna. Las mujeres acondroplastias deben de dar a luz por cesárea debido a que el tamaño de la pelvis es demasiado pequeño para permitir el paso del feto. La acondroplasia impone varias barreras importantes para la reproducción, reduciendo así la aptitud.

Desarrollo
Acondroplasia
La acondroplasia es un defecto de nacimiento que afecta el crecimiento óseo del bebé. Los defectos de nacimiento o congénitos son problemas de salud que están presentes cuando el bebé nace. Esos defectos cambian la forma o función de una o más partes del cuerpo. Pueden ocasionar problemas en la salud en general, en cómo se desarrolla el cuerpo o cómo funciona.
A medida que el bebé crece, un tejido del cuerpo llamado "cartílago" normalmente se convierte en hueso en la mayoría de las partes del cuerpo. Pero si el bebé tiene acondroplasia, el cartílago de ciertos lugares como los brazos y las piernas no se convierten en hueso como debería. La acondroplasia es una causa común del enanismo (gente pequeña), que es un trastorno en el que la persona es de muy baja estatura (menos de 4 pies, 10 pulgadas, como adulto).
La acondroplasia afecta aproximadamente entre 1 de cada 15,000 y 1 de cada 40,000 bebés. La mayoría de los bebés nacidos con acondroplasia viven un término de vida normal, pero algunos pueden tener graves problemas de huesos capaces de causar la muerte.
Un cambio de gen (también llamado "mutación") causa la acondroplasia. Los genes son parte de las células del cuerpo que guardan instrucciones sobre la forma en que su cuerpo crece y funciona. Los genes se transmiten de padres a hijos. El cambio de gen es un cambio a las instrucciones de un gen. Esos cambios pueden causar defectos congénitos y otros problemas de salud. La mayoría de los bebés con acondroplasia nacen de padres que no padecen ese problema. Eso sucede cuando hay un cambio de gen al azar en el óvulo o espermatozoide que se unen para crear un bebé. Si usted o su pareja tiene acondroplasia, se la puede transmitir a su bebé. Si sólo uno de ustedes tiene este trastorno, hay 1 de 2 probabilidades (50 por ciento) de que su bebé pueda tenerlo. Si tanto usted como su pareja tienen acondroplasia, existe:
·        1 de 2 probabilidades (50 por ciento) de que su bebé tenga el trastorno
·        1 de 4 probabilidades (25 por ciento) de que su bebé no tenga el trastorno
·        1 de 4 probabilidades (25 por ciento) de que su bebé tenga el tipo de acondroplasia grave que puede ser mortal
El asesor en genética es una persona capacitada para ayudar a entender cómo los genes, los defectos congénitos y otros problemas médicos que se transmiten en las familias, y cómo pueden afectar su salud y la de su bebé. Para buscar un asesor en genética, puede preguntar a su profesional de la salud.
Antes del nacimiento, si un ultrasonido muestra que su bebé tiene problemas de huesos, como huesos cortos, es posible que el profesional de la salud piense que su bebé tiene acondroplasia. El ultrasonido usa ondas sonoras y una pantalla de computadora para mostrar una imagen de su bebé en el útero.
Si el ultrasonido muestra esos problemas de hueso, su profesional podrá recomendar una prueba prenatal llamada amniocentesis (o "amnio") para confirmar que el bebé tiene acondroplasia. En la amniocentesis, el profesional extrae un poco de líquido amniótico de alrededor del bebé en el útero. Con esta prueba se detectan defectos congénitos y condiciones genéticas en su bebé. Después del nacimiento, el profesional de su bebé puede usar radiografías, un examen físico y un análisis de sangre para ver si su bebé tiene acondroplasia.

Epidemiologia
La frecuencia de la acondroplasia es de 1 en 20,000 a 1 en 50,000 nacimientos vivos. La herencia es autosómica dominante, con penetrancia esencialmente completa. Las nuevas mutaciones son responsables del 80-87% de los casos. Se observa una mayor incidencia de acondroplasia asociada con la edad avanzada del progenitor. Las aparición ocasional de niños afectados, hijos de progenitores normales, puede deberse a mosaicismo de la línea germinal (mutación de espermatogonias). Las formas homocigóticas se presentan con manifestaciones muy graves y a menudo letales.
 En España, según Martínez-Frías y colaboradores (1991) la tasa de prevalencia es de un caso cada 8200 recién nacidos vivos, con una tasa estimada de mutación de 48,5 por millón de gametos y siguiendo una distribución geográfica uniforme. En 1994 se descubrió que el gen responsable de la acondroplasia se localiza en la región telomérica de la banda 16.3 del brazo corto del cuarto par de cromosomas (Le Merrer et al., 1994). El gen afectado codifica al receptor 3 del factor de crecimiento de fibroblastos (FGF; Fibroblasto Growth Factor).
La secuencia de ADN de este gen ha revelado que en los individuos acondroplásicos existe una mutación denominada Gly380Arg, que ocurre en el 97% de los casos. Esta mutación da como resultado la sustitución de una arginina por una glicina en la posición 380 de la proteína, lo cual corresponde a la región transmembranal (RTM) del Receptor 3 del FGF (FGFR3) acoplado a la tirosina-kinasa, que se expresa en la placa de crecimiento del hueso (Horton, 2005).
También se han identificado otras mutaciones menos frecuente que da lugar a una sustitución de la glicina 375 por una cisteína (Gly375Cys), o de la glicina 346 por Glu (Gly346Glu), así como el reemplazamiento de la lisina 650 por la metionina (Lys650Met), responsable esta última de las formas más severas de la acondroplasia (Guzmán Aránguez et al., 2008b).

 Etiología
La aconcroplasia se debe a mutaciones en el gen receptor 3 del factor de crecimiento fibroblasto (FGFR3), que codifica un receptor transmembrana, importante en la regulación del crecimiento óseo lineal, entre otras funciones. La mutación FGFR3 (A1949.T:Lys650Met) tiene lugar en el nucleótido adyacente al de la mutación de la displasia tanatoforica de tipo II (A1948G:Lys650Glu).
La acondroplasia es una enfermedad congénita, producida en su mayoría de casos por una mutación o alteración genética espontánea (no heredada), por lo consiguiente es usual que no se encuentren casos de esta enfermedad en la familia.
Los pacientes que poseen esta enfermedad, la podrán transmitir a sus hijos según un modelo de herencia conocido como autosómico dominante, esto se explica de la siguiente manera: los hijos de personas con acondroplasia tendrán el 50% de las probabilidades de nacer con esta enfermedad (homocigoto dominante) y la mitad restante  no presentará la mutación (homocigoto recesivo).
Por otra parte, los padres de un niño con acondroplasia que no presenten antecedentes de este tipo en su familia, el riesgo de tener otro hijo con esta enfermedad es únicamente mayor al de otras parejas.
La acondroplasia se caracteriza por enanismo de predominio rizomélico, presenta talla disminuida y varias deformaciones, algunas de estas son: macrocefalia, hipoplasia en región maxilar, los huesos que deberían ser largos son más cortos además de los dedos, deformaciones en la zona metafiso-epifisiarias,  presentan huesos iliacos cuadrados, su altura es notoriamente disminuida, poseen un foramen magnum pequeño, entre otras.
El reconocimiento fenotípico de una persona con acondroplasia es evidente en cualquier etapa de la vida, algunas veces se puede realizar incluso en periodo prenatal.
Cuadro clínico
Los rasgos clínicos característico son visibles al nacer. La adquisición completa de las habilidades motoras es más lenta debido a las piernas cotas, cuello corto y cabeza grande, además de la hipotonía. La hipoplasia del tercio medio facial en combinación con la hipertrofia de adenoides y amígdalas puede dar lugar a una apnea del sueño obstructiva.
La otitis media crónica puede producir problemas de audición. El apiñamiento dental es común. La cifosis toracolumbar es muy común en la infancia. La mayoría de las articulaciones pueden ser hiperextensibles y las manos son anchas, cortas y en forma de tridente. Puede encontrarse una compresión espinal a nivel del foramen magnum en la infancia causando apnea central, retraso en el desarrollo, y síntomas por afectación de las vías largas motoras.
 A menudo se produce genu varo en la infancia. También hay un riesgo pequeño de hidrocefalia, con presión venosa intracraneal elevada. La estenosis en la parte inferior del canal medular, acompañada de déficits neurológicos tiene una mayor frecuencia en la edad adulta, así como la enfermedad cardiovascular. La obesidad es un problema común. Los adultos alcanzan una altura de 131±5.6 cm (hombres) y 124±5.9 cm (mujeres). Las mujeres afectadas deben dar a luz por cesárea.
· Brazos y piernas cortas especialmente la parte superior de los brazos y los muslos
 · Cabeza y frente grandes
 · Rango de movimiento limitado en los codos
· Dedos cortos, los cuales pueden tener espacio adicional entre el 3er y el 4to dedo (conocido como mano tridente)

Signos y Síntomas
La manifestación más característica de la acondroplasia, y desde luego la más visible, es la morfología de quien la sufre. Como ya dijimos en el anterior post los huesos largos de los acondroplásicos son más cortos de lo habitual, algo que se hace especialmente patente en el humero y en el fémur (los huesos más largos del cuerpo y los que crecen más deprisa).Podemos describir la apariencia física de los afectados por la acondroplasia con los siguientes puntos:
·         Baja estatura: no suelen sobrepasar los 144 cm. La media de los hombres es de 130 cm y la de las mujeres de 123.
·         Extremidades inusualmente cortas. Antebrazos más largos que los brazos y piernas arqueadas.
·         Tronco de tamaño normal.
·         Cráneo agrandado.
·         Falta de tono muscular que puede provocar problemas como una excesiva curvatura de la espalda.
Aparte de los síntomas físicos, los acondroplásicos pueden enfrentarse a un problema de exclusión social. En el pasado eran a menudo estigmatizados y convertidos en objeto de burla; afortunadamente las cosas cambian y su integración es cada vez más completa. También hay que dejar claro que la acondroplasia no implica en ningún caso un menor desarrollo intelectual.

  Diagnóstico
Si hay una preocupación con acondroplasia se recomienda realizar ultrasonograma para el diagnóstico prenatal.  El ultrasonograma se realiza de forma seriada comenzando en el segundo trimestre pues antes de este las alteraciones características pueden no ser evidentes. El diagnóstico genético molecular es hecho en el líquido amniótico, a través de amniocentesis, que es un procedimiento invasivo, pero actualmente se puede hacer el diagnóstico prenatal a través de estudio del plasma materno para detectar un feto que tenga el gen mutante.
Es importante que el diagnóstico clínico y radiológico de acondroplasia sea confirmado con estudios genéticos moleculares para distinguir la acondroplasia de otras formas de enanismo, para planear el tratamiento y para el consejo genético.
El diagnóstico de la acondroplasia no presenta demasiadas dificultades. Una ecografía fetal puede detectar la longitud anómala del fémur, un indicio más que claro de enanismo. La prueba de ADN para la detección de la mutación en el gen FGFR3 es definitiva para el diagnóstico.
  
Tratamiento
No existe aún tratamiento para la acondroplasia, a pesar de que se haya identificado claramente la mutación que la produce. La administración de hormona del crecimiento no es demasiado efectiva a largo plazo y sus efectos apenas duran dos años, tras lo cual empiezan a disminuir.
Una opción que se les ofrece a los acondroplásicos es la cirugía de alargamiento de huesos. De esta forma se pueden ganar hasta 30 cm, pero es un proceso que implica seis operaciones (dos de tibia, dos de fémur y dos de humero) y una duración de cuatro a seis años, alternando periodos de ir en silla de ruedas -para que el hueso se consolide- y de rehabilitación, por lo que está rodeado de una cierta polémica. Sin embargo la gran mayoría de los operados están satisfechos con el resultado y creen que el sacrificio merece la pena.

 Pronóstico
Las personas con acondroplasia rara vez alcanzan a tener 5 pies (1,5 m) de estatura, pero su inteligencia está en el rango normal. Los bebés que reciben el gen anormal de sus dos padres generalmente no sobreviven más allá de unos pocos meses.
Solo hay una ligera disminución de la esperanza de vida en comparación con la población general, sobre todo por la enfermedad cardiovascular.
 Conclusión
Creemos que, todos deberíamos de tomar conciencia de la acondroplasia como enfermedad genética que afecta el desarrollo de los huesos. No conocemos persona que padezca dicha enfermedad, pero sí de tratamientos que pueden mejorarla como lo que hemos estudiado en este trabajo, debido a que es una enfermedad que no tiene cura. Los organismos de salud deberían de invertir más en estudios científicos para buscar la manera de que estas personas puedan llevar a cabo una vida más cómoda, tanto en la sociedad como consigo mismos.
Teníamos poco conocimiento de la acondroplasia, pero en esta investigación hemos podido captar los conocimientos de la acondroplasia en ámbito científico como enfermedad genética, gracias a los médicos y psicólogos podemos conocer el resultado de la enfermedad, debido a que no es solo una dificultad física sino que también social y de adaptación con el medio que lo rodea.
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